Hay en mí una lágri­ma, es por sus lágrimas.
Hay en mí una esper­an­za, fue su esperanza.
que secues­traron, que tor­tu­raron, que mataron
que tiraron al mar.
v que las olas tra­jeron mori­bun­das pero vivas.
En mi san­gre no hay descen­den­cia revolucionaria
pero mi san­gre rebal­sa de revolución.
mi rev­olu­ción no quiere san­gre, no tiene enemigos.
me hace feliz, me la regalaron las olas.
Sabe ud. que nun­ca estu­vo tan cerca
de ver­le el ros­tro a la utopía.
Eso no me res­igna, eso me hace más guerrero.
Ni per­os ni porqués, bus­car nuevas armas
(pero que no lastimen)
Pueden haber tal­a­do el árbol
masacrar sus ramas, trit­u­rar sus tronco
dejar agon­i­zan­do sus hojas,
pueden haber que­ma­do has­ta sus raíces,
pero todavía está la tierra
donde puede cre­cer nuevamente.
¿Sabe cuál es nues­tra mejor coincidencia?
Que nues­tras manos gatil­laron armas
(Ud. por un sueño y yo por unas zapatillas)
Pero hoy escriben
El plo­mo se hizo tin­ta que siente, que sueña
Hay en mí una lágri­ma, es por sus lágrimas
Hag­amos del lamen­to nues­tra mejor obra de arte.

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