Machu Pic­chu, ¿eres todavía el futurólogo
de Dios? No lo sabes ni lo sé. Los
ojos se te han llena­do de polil­la. Y
la lengua se te ha llena­do de moscas,

de abe­jas, de hormi­gas, de cucarachas,
de hon­gos. Y no sabrás como comer,
no sabrás cómo abonarte y no sabrás
cómo beberte. Machu Pic­chu estás

cre­cien­do hacia los sueños. Pron­to no sabrás
quién eres. Y te verás pasar ajeno.
Te verás pasar descono­ci­da­mente. Tus

manos se te han llena­do de moho y
la muerte no sabrá tu nom­bre. Las mariposas
de papel devo­rarán tu nombre.
 

8 de julio del 2012
Puer­to Rico

image_pdfimage_print