Los 80 : corporaciones estéticas y francotiradores independientes
Nunca se subrayará lo suficiente la importancia que tiene, para la historia de la poesía de cualquier período, la existencia de antologías y estudios críticos sobre éste. En el caso de la poesía de los 60, hay dos textos de consulta obligada (ver Bibliografía crítica) publicados por Alfredo Andrés y por Horacio Salas, respectivamente, aunque el del último es mucho más ceñido a una verdadera sistematización fundamentada de lo sucedido.
En el caso de la generación del 80, la primera antología aparecida hasta la fecha es la de Alejandro Elissagaray, titulada La Poesía de los ´80 y publicada por Ediciones Nueva Generación a fines de 2002, que incluye a 22 autores, discriminados por su relación de pertenencia a distintas banderías estéticas de la época o bien por su condición de autores “independientes” de esas mismas propuestas. El precedente inmediato es Signos Vitales. Una Antología Poética de los Ochenta, de Daniel Fara, publicada por Editorial Martin a comienzos del mismo año, y que abarca a 6 poetas exclusivamente independientes.
En el caso de la obra de Elissagaray, el intento es el de abarcar todo el fenómeno generacional mediante una categorización que divide a la producción del período en cinco campos. Son éstos el Setenta Tardío, el Experimentalismo, el Neobjetivismo, el Neorromaticismo y (el segmento más numeroso del conjunto) los Independientes.
El Setenta Tardío, siempre según Alejandro Elissagaray, se divide a su vez en dos subcategorías: la social y la urbana, caracterizada la primera como aquella en que “confluyen tendencias de la poesía social con origen directo en la estética del setenta, aunque bien decantado por el rumbo de la década posterior” (op. cit.). Agrega Elissagaray, respecto de la otra subcategoría, la urbana, a autores que ”proponían una alternativa estética vinculada con el coloquialismo, acendradamente urbana, no latinoamericanista y con mayor predominio de la ironía y el humor como recursos literarios” (ibidem). Respecto de la segunda categoría, el Experimentalismo, el autor lo remite en su aspecto neoconcretista a los autores agrupados bajo la revista Xul, fundada a comienzos de la década por Jorge Santiago Perednik, aunque señalando una subdivisión, de corte neobarroco, influida por Lezama Lima y “más lejanamente por Luis de Góngora y Argote”. Respecto del Neobjetivismo, señala Elissagaray que su propuesta “giraba alrededor de un estética que lleva las señales de la prosa al discurso poético” y que los representantes de esta tendencia son los poetas nucleados en torno a la revista Diario de Poesía, fundada en 1986 y que ha llegado a la actualidad. Caracteriza Elissagaray al Neorromanticismo como “atribuido a los poetas reunidos alrededor de la revista Ultimo Reino, fundada en 1979, fuertemente influidos por el romanticismo alemán, en especial por las obras de Novalis y Hölderlin”.
Respecto de los independientes, Elissagaray se limita a brindar 24 nombres de autores, con la aclaración de que los menciona entre otros que pertenecerían a la misma corriente.
Quien sí arriesga algo más cercano a una definición de este segmento es el citado Daniel Fara, quien afirma “la independencia es esa posibilidad de reconocer peculiarmente un pathos que, desde antiguo, nos afecta a todos, es el combate que sucede al reconocimiento, es la cicatriz que resulta de vencer con palabras, hasta el momento, ajenas. O bien, a efectos prácticos, es saber qué hacer con las influencias, con todos los rangos de influencias, desde la voz irresistible de los clásicos hasta el estilo del propio libro anterior, desde el llamado de la calle hasta la convocatoria implícita en cada sueño. Y, least but not last ‑porque el tema es interminable y todo lo que se agregue será siempre mínimo‑, es saber también que las escuelas, los movimientos, las tendencias, al menos hasta hoy, sólo han servido para subrayar los méritos de los que nunca se ajustaron del todo a sus pautas (pero tampoco desconocieron las convergencias culturales que les dieron origen)” (opus cit.). Según estos dos trabajos, cabría hacer una división mayor de la generación del 80 entre dos partes: la una compuesta por los autores agrupados en las cuatro primeras categorías señaladas por Elissagaray y la otra por la quinta división, los independientes, mencionados por Elissagaray y reseñados por Fara en el párrafo transcripto. Como punto de partida, con la perspectiva histórica que dan los más de veinte años transcurridos desde la aparición de los primeros libros de esta generación y el aporte de los trabajos de Fara y Elissagaray, se puede comenzar a vislumbrar las realidades, mentiras y adulteraciones, así como los logros reales y autores principales ‑siempre con la perspectiva que sólo da el tiempo y la obra publicada- de ese fenómeno que es la generación de los 80.
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GABRIEL IMPAGLIONE
Nació en Buenos Aires en 1958. Actualmente reside en Italia. Obra poética: Echarle pájaros al Mundo (1994); Breviario de Cartografía Mágica (2002); Poemas Quietos (2002), Todas las voces una voz (2002), Bagdad y otros poemas (2003); Letrarios de Utópolis (2004). Cuentapájaros (2004) y Explicaciones con mar (2007), entre otros.
Hombre que tira de carro
1.
El hambre a veces brilla reloj de oro,
se suma al coro de plata de las espaldas rotas
de sudor inútil,
brota vía láctea
desde infinito ignoto que se llama tristeza.
No hay cansancio más feroz que el de la espera del pan.
El hombre se convierte en presa de sí mismo
y vuelca sobre sus brazos andanadas de colmillo.
Despojo trashumante cercado de carroñeros
artífices del luto de la tierra muerta.
2.
Vi el cuerpo de espejo de un hombre asno
hundirse en el gentío de una estación de trenes.
No pisaba sobre pies descalzos
sino también sobre ruedas oxidadas
y brazos que llegaban más allá del límite
para abrazar una caja de lata machucada.
Viaje de ida con hijos en la carga.
Hombre asno sudando hambre
brilla en el hambre transpirado,
su cuerpo desnudo es una vara de agua.
Cierto resplandor agónico
de esperanza.
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GUILERMO PILIA
Nació en La Plata, Provincia de Buenos Aires, en 1958. Obra poética: Arsénico (1979), Enésimo triunfo (1980), Río nuestro (1986), Cazadores nocturnos (1990), Huesos de la memoria (1996), Caballo de Guernica (2001), Opera flamenca (2003), Herido por el agua (2005).
sobre ciertos ángeles niños
Je vis assis, tel qu’un ange aux mains d’un barbier…
Rimbaud
Angeles de mármol, ¿era acaso el cielo
un lugar sin esperanza? En medio de la fuente
de aguas verdosas, peces y camalotes,
ofrecieron sus formas al almagre,
prefirieron la sombra de la palma,
el descanso del viajero.
Tal vez esta inmovilidad en la que los vemos sumidos,
ángeles de mármol, sea una loca carrera
comparada con la desesperante inmovilidad de lo eterno.
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MONICA TRACEY
Nació en Junín, Provincia de Buenos Aires, en 1953. Obra poética : A pesar de los dioses (1981), Celebración errante (1987), Hablar de lo que se ama (1990) y Hablo en lenguas (1999).
Hablo en lenguas
Hablo en lenguas
sin pelos
con las señas de un rostro que se oculta
detrás del rostro
que aparece entre las señas.
La misma noche
nada dice nada de nada
una culebra
dos
más
todas
en el mismo balde.
El centro de la caracola
dispara su espiral
la extingue.
El cuerpo
en mi rostro
aparece tu rostro
la piedra de toque
imposible la simetría
impensable de ser y no ser
la mano oprime su versión helada.
Eco de una lengua
en otra lengua
que se mueve
como culebra
en balde
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VICTOR REDONDO
Nació en Buenos Aires en 1953. Obra poética : Poemas a la maga (1977), Homenajes (1980), Circe, cuaderno de trabajo (1979–1984) (1985), Mercado de ópera (1989).
Opera prima
Dos mujeres bajo la luz conversan
cinturón de plata ciñendo
nadie habrá entre plata y piel
dos mujeres conversan bajo el abanico dorado del aire
palabras similares para cinturón y piel
“nadie como el oscuro”
bajo la luz conversan
y de lo cierto incierta palabra dará testimonio
dará una hermana muerta
envuelta en el collar de sus ojos
cuando acuerden será sobre algo que no existe
las dos mujeres que conversan
abren en el aire del dorado abanico
a ese nadie que plata y piel transita
buscando no repetir lo irrepetible
simulaban siempre otra existencia
la que era otra y otras en las que eran
El sentido de las canciones
¿pero dicen visión?
Dicen lo que dicen.
Dos mujeres.
O dos.
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ESTEBAN MOORE
Nació en Buenos Aires en 1952. Obra poética : La noche en llamas (1982); Providencia terrenal (1983), Con Bogey en Casablanca (1987), Poemas 1982–1987 (1988), Tiempos que van (1994), Instantáneas de fin de siglo (1999), Partes Mínimas (1999), Partes Mínimas y otros poemas (2003), Antología poética (2004), entre otros.
en lo profundo de la noche
el agua contenida en la pava
hierve sobre el fuego
en la noche todo es silencio
cada uno de nuestros dioses goza
la otorgada quietud de la noche
en el que una multitud
de cuerpos sin rostro
se desplaza en las sombras
el ardiente metal de la pava
separa las llamas del fuego
de los borbotones del agua
los cuerpos no hacen ruido
sus pisadas
nunca retumbarán en tus oídos
en el silencio
nadie
nadie responde
a los nombres que lento repito
la multitud de cuerpos desnudos
se desliza en las tinieblas
en la negra noche eterna
siempre abismal
donde el silencio crece
como un dios
todavía desconocido.
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MARIO SAMPAOLESI
Nació en 1955 en Buenos Aires. Obra poética : Cielo primitivo (1981), La belleza de lo lejano (1986), La lluvia sin sombra (1992), El honor es mío (1992), Puntos de colapso (1999), Miniaturas eróticas (2003).
(…)
Fue será una quietud apartada de todo, desprovista de todo: una postura recta que se separa del concepto de lo otro: se sumerge en su identidad, en su esencia sin lenguaje, sin trascendencia.
Sólo el sentido último del vacío; el ritmo de ese vacío contiene al silencio y con su potencia desflora, deshoja :
provoca el otoño, modifica la aurora.
(…)
La formación, la parte, el conjunto, la identidad, lo que indica y señala: provocan.
Aún con su precario atractivo, la intemperie del vuelo advierte sobre la posible potencia de esa carne, de esa densidad que se aloja alojaría en alguna de las infinitas formas de lo creado:
idea de saciedad, de despojo, de frecuencia.
Únicamente existe la posibilidad de múltiples combinaciones, encuentros, puntos de colapso, estallidos.
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CARLOS BARBARITO
Nació en Pergamino, Provincia de Buenos Aires, en 1955. Obra poética : Poesía quebrada (1984), Teatro de lirios (1985), Exodos y trenes (1987), Páginas del poeta flaco (1988), Caballos y otros poemas (1990), Bestiario de amor (1992), Viga bajo el agua (1992), Meninas/Desnudo y la máscara (1992), El peso de los días (1994), La luz y alguna cosa (1998), Desnuda materia (1999), Puntos de fuga (2002), La orilla desierta (2003), Amsterdam (2004), Piedra encerrada en piedra (2004), Les minutes qui passent (trad. Frie Flamend, 2005).
Cármides
A Estela Guedes
I
¿En sueños? Lenta lluvia de hojas
secas, que aún no concluye. Por el aire,
lo que sin dar sombra se difunde,
lo que sin luz aparente deslumbra.
Huye de sí mismo el pájaro. Queda
un vacío que nada ni nadie ocupa.
Es niebla cuanto cabe. Es papel,
reflejo, eco.
Una figura
en lo remoto se desdibuja.
Inútil esbozo, grito de animal
entre las llamas. ¿Hubo
cortina sin rasgadura,
mirada sin velo y, adelante,
agua con su cauce y desembocadura?
II
En silencio, con los ojos abiertos,
se sumerge. Sin testigos.
Lejos de los barcos pintados,
de los remos, del Pez
y los peces. Ahora
todo es tiempo, muerde los muros,
los hijos, arroja ceniza
sobre las ciudades.
En el fondo apenas una chispa.
Apenas algunas hojas secas,
un fruto que nadie come
en el aire se pudre.
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JORGE SANTIAGO PEREDNIK
Nació en Buenos Aires en 1952, donde falleció en 2012. Obra poética : Los mil micos (1979), El cuerpo del horror (1981), El shock de los lender (1985), Un pedazo del año (1986), El fin del no (1991) Variaciones pad- in (1996), La desconocida-Circo macedonista sobre “Adriana Buenos Aires” (1998).
Breve historia de los poetas contemporáneos
I
Los poetas del siglo diecinueve
pensaron que el océano no
tenía fondo
que era el espejo convexo de un cielo no
convexo
cóncavo
y que una piedra lanzada por un niño
desde la escollera
jamás dejaría de caer
el placer de encontrar cosas a la medida del hombre
cosas sin fondo, espantos metafísicos
que una gota de semen echada en un volcán
jamás dejaría de quemarnos
el niño Prometeo era Frankenstein hijo
y tenía miedo del fuego
decía no, no
por el capricho de una mujer
Parimos sólo monstruos, golems
No hubo casa de buena piedra sobre el interminable agujero
Para
los poetas del siglo diecisiete, orondos
la afirmación que niega la negación quedó negada y no sólo
la condena del dos
la cordura ser ave o pez
El fabuloso Peng al que burlaban el tórtolo
y la cigarra su espejo
El fabuloso Kun, de un tamaño que nadie conocía
Kun es Peng y no es
lo real es femenino
lo femenino es masculino y
y lo masculino no es. Así
sin el principio que fecunda
Lo fabuloso se ha perdido
En el siglo veintiuno las poetas pensaban en la virgen M.
sus o quedades sus extrañas perversiones
parir por el oído
escuchar ángeles amar espíritus
prescindir de su esposo el varón
entonces
como si el espejo fuera un pozo (o una poza) donde el cielo
y la tierra se metieron
cOntestarOn cOn nO a tOdOs lOs Or f c Os
y ahora se lamentan: has errado (haz yerrado) bah
los curiosos vericuetos donde Eustaquio y Falopio se confunden
En el siglo dieciocho no hubo poetas
hubo poemas
Las mujeres descubrieron que tenían alma y empezaron a exhibirla
Los hombres dejaron de creer en Dios
Grandes revoluciones derramaron
periódicos ríos de sangre
Ellas guiaron la historia
querían ser lo que no eran
Los poemas son olvidables
El chiste, demasiado bueno, hizo una época
Los poetas en el siglo
veinte a veces con sigilo
sintieron que la i se evanescía
que bajaba y de algún modo con el tiempo
su propia esterilidad era
mera lituralidad,
cosa de la época,
y que la literalidad se perdía
La red soportaba al filósofo y lo volvía filósofa, poeta
le hacía decir hay orificios científicos y otros artísticos
mientras se balanceaba en la cadencia de las rimas
Sin embargo
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